Cómo comportarse en una yurta mongol

 

La yurta mongol se llama ger y posee ciertas características técnicas y simbólicas que la diferencian de las tiendas de otros pueblos nómadas de Eurasia. Interactuar con sus miembros se rige por determinados códigos sociales de «cortesía» que se exponen a continuación.

La hospitalidad por parte de los miembros de la ger es una tradición muy arraigada. Pero hay casos en que no es posible recibir a visitantes de fuera: Cuando una mujer acaba de dar a luz, cuando hay un enfermo en la ger, cuando alguien acaba de morir y está el cadáver dentro (en este caso se coloca una plancha de madera en la entrada de la ger y la abertura central del techo está enteramente cubierta por una pieza de fieltro) [véase este artículo sobre las partes de la yurta mongol], y en días nefastos a causa de determinados cruces astrológicos indicados en el calendario budista.

 

Llegada y entrada a la ger

Al llegar ante una ger la manera de anunciarnos es decir en voz alta:

Nokhoi khor!

Que significa en castellano: «¡Sujetad al perro!». Es un equivalente a llamar a la puerta. Golpear con los nudillos en la puerta de madera de una ger sería extremadamente maleducado. Tradicionalmente los mongoles siempre tenían perros para proteger sus viviendas y el ganado. Hoy no es tan frecuente, pero la expresión se sigue utilizando como forma de hacer saber que un visitante ha llegado.

Cuando los miembros de la ger salgan a recibirnos, debemos saludar diciéndoles:

Sain baina uu?

Traducible por «buenos días» (literalmente: «¿estás bien?») A lo que ellos responderán:

Sain, sain baina uu?

«Buenos días» (literalmente: «bien ¿estás bien?»). El comportamiento no verbal que acompañará a estas expresiones dependerá del género. Entre hombres, los anfitriones tenderán la mano o abrazarán efusivamente al recién llegado. Al dar la mano, uno debe previamente quitarse cualquier guante. Entre mujeres, las anfitrionas tenderán la mano a la visitante o, más frecuentemente, sólo se intercambiarán saludos verbales. Entre hombres y mujeres no habrá contacto físico al saludarse.

Ante un grupo de personas, hemos de saludar primero a la persona de mayor edad y luego al resto.

Al entrar en la ger puede que haya una cortina o cobertura de fieltro tapando la puerta. Debe apartarse usando la mano derecha.

No se debe pisar el umbral de la puerta, ni quedarse parado en él. Las razones que se dan para ello son variadas, desde que puede suponer un oscurecimiento del sol para el próximo invierno hasta que es simbólicamente como pisar el cuello de la familia que vive en la ger.

Debemos entrar en la ger con el pie derecho y dirigirnos a la parte izquierda de la misma. Entrar con el pie izquierdo sería un mal augurio para los anfitriones.

No es necesario que nos quitemos los zapatos al entrar en una ger (pero sí al entrar en un piso de la ciudad, especialmente en Ulan Bator). Si el visitante se quita el sombrero o se desabrocha el abrigo, indica que va a pasar todo el día o incluso quedarse a dormir.

Hemos de dejar fuera de la ger cualquier objeto que pueda considerarse un arma. Especialmente una escopeta.

 

Comportamiento dentro de la ger

La ger mongol tiene la puerta orientada al sur.

En el centro de la ger hay dos columnas o pilares (bagana) que sostienen la estructura del techo. No debemos apoyarnos o pasar entre ellos. Mejor incluso si evitamos tocarlos.

El desplazamiento dentro de la ger debe seguir la dirección de las agujas del reloj, que es la dirección que marca el sol a través del círculo de luz que deja en el suelo el hueco central del techo (toono). Si queremos acceder a la parte más interior (la dirección norte), debemos hacerlo siempre por la zona izquierda (oeste) de la ger.

No debemos tomar fotos del interior de la ger, salvo que seamos invitados expresamente a hacerlo. Tampoco debemos tocar cosas sin permiso de sus moradores. Especialmente nunca tenemos que tocar los objetos e imágenes del altar (shüügee), que está situado al norte.

Al sentarnos debemos en lo posible no mostrar las plantas de los pies o las suelas de los zapatos a las otras personas. Así que no es educado sentarse con las piernas estiradas o cruzadas, ni mucho menos colocar los pies sobre algún mueble. Si no nos invitan a sentarnos sobre algún banco o taburete, deberemos hacerlo en el suelo con las piernas cruzadas, o sentarnos sobre nuestros talones.

No hemos de tocar las cabezas ni los sombreros de los demás, incluidos los niños. Tampoco agarrarlos por los hombros. Todo ello les quitaría su buena suerte. Tampoco debemos tocar el respaldo de la silla en la que alguien esté sentado.

No tenemos que dejar nuestras gorras o sombreros en el suelo, ni dejarlos boca arriba en ningún lugar. Los sombreros no se intercambian, y si por alguna razón debe hacerse, los mongoles escupen ligeramente dentro antes de ponérselos, para evitar que los malos espíritus de las otras personas que puedan estar alojados en esos sombreros pasen a ellos.

Si al andar por la ger tocamos con nuestros pies o pisamos inadvertidamente a otra persona, debemos inmediatamente darle la mano. Lo mismo sucede en general en cualquier otro lugar, en el exterior de la vivienda o en las calles de las ciudades.

Las personas mayores son siempre las que merecen más respeto. Hay que evitar cruzar por delante de ellas. Si se entabla conversación con ellas, lo primero que debemos hacer es preguntarles por su salud.

En la parte norte de la ger está el pequeño altar familiar (shüügee). Nunca tenemos que darle la espalda, excepto al marcharnos, porque supondría una grave falta de respeto a los anfitriones. Tampoco debemos, bajo ninguna circunstancia, orientar los pies hacia ese lugar. Por ejemplo, si dormimos dentro de la ger, debemos acostarnos de forma que tengamos la cabeza en la dirección del altar y los pies hacia la puerta.

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Altar

Es perfectamente aceptado echar una cabezada dentro de la ger si en algún momento nos apetece.

Si en el suelo de la ger se encuentra la uurga (una percha larga para conducir el ganado), nunca debemos pasar por encima de ella.

No se puede silbar dentro de la ger. Silbar dentro de un lugar cerrado atrae a los malos espíritus hacia él.

Se considera especialmente nefasto escribir con tinta roja o mostrar un escrito de ese color.

En el centro de la ger está la estufa-cocina con el fuego (golomt). Es el lugar más sagrado de la ger, porque contiene el espíritu que mantiene a sus moradores unidos. No tenemos que intentar manipular este fuego de ninguna forma ni arrojar a él líquidos o desperdicios.

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Estufa-cocina

Entre los mongoles es de mal gusto remangarse o mostrar en general las muñecas o los antebrazos. Debemos procurar tener las mangas estiradas, especialmente cuando damos la mano o aceptamos alguna cosa. En el caso de que vayamos vestidos de manga corta, es una muestra de cortesía hacer el ademán de estirarnos las mangas.

 

Ofrecimientos de bebida y comida

La mujer de la ger da la bienvenida a los recién llegados ofreciéndoles tazones de té caliente con leche (süütei tsai) (normalmente salado y con mantequilla disuelta), conservado en un termo por si vienen visitas. Los miembros de la ger economizan el té caliente para las visitas de fuera de su campamento, y se reservan para ellos el té templado o frío.

Debemos aceptar siempre el ofrecimiento y hacer al menos el ademán de probarlo. En todo momento, como con cualquier otro obsequio de los anfitriones, cogeremos el recipiente con la mano derecha o con las dos manos. La manera de hacerlo es con la palma de la mano por debajo (no con los dedos por el borde desde arriba). Un gesto muy cordial que refleja nuestro agradecimiento por la generosidad de los dueños de la ger es sujetar el codo derecho con la mano izquierda mientras se recibe el cuenco.

Es importante procurar no derramar la leche.

Además de la bebida, los anfitriones nos ofrecerán alguna cosa de comer, como trozos de aaruul (cuajada seca), boortsog (empanadillas fritas), bordzig (pasteles de harina), porciones de carne de cordero, dulces, galletas o pan.

La mujer de la ger coloca en la mesita ante los visitantes un plato con comida variada. En el fondo del plato están los productos secos, en la parte de encima están los productos grasos, especialmente los hechos de leche, que se consideran los mejores.

Captura
Boortsog

Se considerará muy grosero que no probemos alguna de estas cosas, incluso aunque expresáramos que no tenemos hambre. Debemos tomar al menos una de la parte de encima o de los productos lácteos, que se consideran los mejores, y al menos dar un bocado, aunque dejemos el resto. Como con el té, siempre con la mano derecha.

Como en tantas otras culturas de Asia, comer todo lo que nos han ofrecido da a entender que nos hemos quedado con hambre, por lo que nos servirán inmediatamente más. Es necesario por lo tanto dejar un poco de comida cuando no queramos seguir comiendo.

Si tenemos que pasar platos a otras personas presentes, debemos hacerlo siempre con la mano derecha.

Los mongoles no usan palillos para comer, sino cucharas, tenedores y cuchillos, que suministrarán los anfitriones. Tambien es posible comer con la mano. En todo caso, tanto con cubiertos como sin ellos, sólo debemos usar la mano derecha para llevarnos la comida a la boca.

Si utilizamos un cuchillo, nunca debemos apuntar con él a otra persona.

Si toda la familia está presente, la mujer encargada de la ger ofrecerá el primer bocado (deej) al padre de familia y luego la persona de mayor edad servirá al resto de los asistentes.

Si tenemos que marcharnos mientras se está cocinando la comida, debemos esperar a que el proceso termine y probarla al menos antes de irnos.

Es muy posible que nos ofrezcan vodka. Si es así, antes de beberlo mojaremos ligeramente el dedo anular de la mano derecha en él y haremos como que lanzamos unas gotas hacia el Cielo, luego unas gotas hacia el Aire y finalmente unas gotas hacia la Tierra. No es necesario mojar el dedo tres veces, con una es bastante. Si no queremos vodka, deberemos hacer lo mismo pero, al final, tocarnos con el mismo dedo la frente, dar las gracias y devolver el vaso.

Si el visitante va a pasar la noche en la ger, la cena no será una comida ordinaria sino honorífica, compuesta por ejemplo de una sopa con la carne pegada a los huesos, porque la carne desprendida de los huesos se considera la comida ordinaria.

 

Ofrecimiento del recipiente de rapé

Los hombres de la ger, especialmente el de más edad, ofrecerán a los hombres recién llegados el frasco o cajita de rapé (khöörög), que contiene una mezcla de tabaco y otras hierbas. Se debe aceptar el recipiente con la mano derecha y quitar delicadamente la tapa sin agitarlo. Luego se vierte un poco en el dorso de la otra mano con la palma hacia abajo, en la zona entre el índice y el pulgar, se acerca esta mano a la nariz y se inhala. A continuación se sonríe abiertamente. Puede ser que el frasco esté vacío: si es así, no se hace ningún comentario al respecto sino que del mismo modo se hace el gesto de verter un poco en la mano, inhalarlo y sonreír. A continuación se devuelve el frasco llevándolo en la palma de la mano, no sujetándolo con los dedos.

Entre los mongoles es costumbre que el huésped invite al anfitrión a fumar, ofreciéndole su propia pipa. El anfitrión acepta la pipa de su invitado y la llena con su propio tabaco. Por su parte ofrece su pipa al huésped, que la llena por su parte de su propio tabaco. Así que cada uno fuma de su propio tabaco pero con la pipa del otro.

 

En la conversación

Al llegar a la ger, después de sentarse en el lugar asignado, se hacen las preguntas de rigor: ¿Has pasado bien la estación? ¿Tu familia se encuentra bien? ¿Tu ganado se encuentra bien?. Son preguntas que debemos interpretar en su adecuado contexto cultural. Por ejemplo la salud del ganado es, por decirlo así, una metáfora de la prosperidad personal y familiar.  A todas estas preguntas el recién llegado debe responder afirmativamente, ya que lo contrario anunciaría desgracia.

Un ejemplo de este tipo de diálogos:

– Mal süreg targan tavtai yuu?   («¿El rebaño está gordo (=sano) en tranquilidad?»)

– Tavtai saikhan.  («Hermoso en la tranquilidad.»)

En la conversación el contacto ocular se mantiene todo el tiempo, como una muestra de honestidad y sinceridad.

El proceso de la conversación comienza con temas generales antes de pasar a asuntos más personales o concretos. Los recién llegados serán preguntados sobre su lugar de origen, las razones de su viaje y a dónde piensan dirigirse. Tras tratar de estas cosas se puede pasar a cuestiones más especificas.

No se considera de buen agüero hablar sobre enfermedades, accidentes o muertes, tampoco sobre separaciones o divorcios, ni hacer comentarios o bromas sobre problemas que podrían presentarse.

No se debe preguntar por el nombre de una montaña que es visible desde el lugar.

Tampoco debemos señalar a nadie con un solo dedo. En todo caso con toda la mano.

 

Intercambio de regalos

Al final de nuestra visita, y no al comienzo como haríamos en Occidente, es muy cortés entregar algún regalo a los anfitriones. No es necesario que sea algo caro o lujoso, lo importante es el detalle de la ofrenda. Puede ser pastas o galletas, tazas o cuencos, libros, ropa, adornos… También algunos juguetes para los niños de la ger, que en ningún caso se les darán directamente a ellos, sino a los adultos, especialmente a la mujer anfitriona.

Los regalos entre los mongoles se dividen en dos tipos generales: «regalos de boca arriba» (o «de boca abierta») y «regalos de boca abajo» (o de «boca cerrada»). Los «regalos de boca arriba» son aquellos que se abren en su parte superior, como bolsos, cuencos, monederos, zapatos, cuadernos y libros, etc. Los «regalos de boca abajo» tienen su abertura debajo, como sombreros y gorras, lámparas, etc. Se prefieren los «regalos de boca arriba» a los de «boca abajo», porque los primeros simbolizan la prosperidad (ya que pueden ser llenados) y los segundos pueden simbolizar la deuda o alguna pérdida futura en general. No traen buena suerte los regalos con cantos afilados (cuchillos, tijeras, etc.). En cambio traen buena suerte los objetos que llevan imágenes de caballos o de lobos.

Botellas de vodka, carteras, relojes, cinturones y llaveros son considerados buenos regalos para los hombres; y productos de cosmética, pulseras, pañuelos y artículos de seda, buenos regalos para las mujeres.

Si el regalo es un libro, es costumbre aceptarlo con las dos manos y tocarse con él la frente, aludiendo al conocimiento que aportará al que lo ha recibido.

En general el precio de un regalo no es lo importante, sino su utilidad.

En el caso de haber sido invitados a un acontecimiento especial, los regalos pueden ser más específicos. Si se tratara de una boda, por ejemplo, los regalos serían mobiliario o utensilios para la nueva ger.

Los regalos se entregan y se reciben con las dos manos o con la mano derecha, en este último caso es mejor, como ya hemos visto, sujetarse el codo derecho con la mano izquierda. El regalo debe darse sosteniéndolo con toda la mano, no sujetándolo entre los dedos. Si recibimos a cambio algún regalo de los anfitriones nunca debemos rechazarlo, ni hacer el gesto formal, tan común en Occidente, de no querer aceptarlo en un primer momento. Y resulta desconcertante dar mucho las gracias por algo recibido.

El visitante no debería abandonar el campamento sin haber visitado el conjunto de las gers que lo componen. En el campamento se vive en comunidad y visitar una sola ger sería mal percibido y también de mal augurio.

 

[Texto original de 2018, ampliado en 2020]

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