Abagaldai, la máscara-espíritu

Conocemos la importancia central de las máscaras en la vida ritual de muchas culturas del mundo, y de modo destacado en las culturas del oriente de Asia. La máscara parece haber constituido una técnica ancestral de despersonalización, porque el yo se construye y se reafirma en la percepción de los otros: Ocultando la identidad a los demás surgen otras «personalidades» más profundas y desinhibidas, más cerca del self que del ego.

Las funciones que la literatura antropológica atribuye al empleo ritual-escénico de las máscaras son de dos tipos fundamentales: Por un lado, la máscara sirve para ocultar («enmascarar») al oficiante, protegiéndole de las presencias hostiles que pueden manifestarse durante el rito. Por otro lado, la máscara es un poderoso instrumento de posesión: abolida temporalmente la identidad cotidiana del oficiante, la máscara le confiere una nueva «cara», una nueva personalidad, que precisamente es la personalidad descrita en los rasgos de la máscara. Las máscaras para la posesión ritual representan personajes (y estos a su vez fuerzas, poderes) que «ocupan» a quienes se las ponen. En la cosmovisión chamánica de Asia Central este fenómeno es descrito como que el «espíritu» del chamán «viaja» fuera de su cuerpo mientras otro «espíritu» -el de la máscara- se instala en su lugar.

En ambos modos de utilización, el proceso surge de la unión del ser humano y la máscara, y se desvanece cuando se separan. El caso de la máscara Abagaldai de las culturas mongolas y tungusas, que seguidamente describiremos, constituye una tercera posibilidad ritual del uso de una máscara, porque no necesita de la unión con un ser humano para «actuar». La máscara Abagaldai es una «cabeza» en sí misma, una portadora de espíritus (onggon) que ejerce influencia sólo con su presencia. Los primeros etnógrafos occidentales reparaban en su tamaño, usualmente mucho más grande que el de una cara normal, lo que sugería que su función básica no era siquiera ser utilizada realmente como máscara. Por todo ello en los diccionarios europeos de mongol aparece descrita de forma ambigua como «máscara» o «ídolo».

Sabemos del uso tradicional de Abagaldai entre las culturas buriata (khori), daur, khamnigan y evenki (solon y oroqen), que habitan el noreste de Mongolia y partes de Buriatia, Mongolia Interior y Manchuria. Todas estas culturas están en contacto estrecho y en intercambio permanente desde tiempos ancestrales. Desde un prisma lingüístico se pueden ordenar sobre un continuo mongol-tungús, con el daur y el khamnigan como lenguas mixtas o de transición. El origen de Abagaldai parece estar sin duda en el mundo mongol, como evidencia su nombre, aunque su uso como máscara-espíritu tiene una enorme importancia en estos dos pueblos evenkis que están en contacto con los mongoles: los solon y los oroqen. Y es completamente desconocida entre otros evenkis más alejados al norte y al este del continente. Sin duda Abagaldai es un excelente ejemplo de la mezcla cultural y lingüística entre mongoles (buriatos) y tunguses (evenki) en esta región de Asia (Kara y Hoppál 2008): Como artefacto conecta con el gran desarrollo de las imágenes rituales (seweki) en las culturas tungúsicas – y de hecho aparece caracterizada como una «máscara evenki» en diversos estudios. Como personaje (como «espíritu») Abagaldai conecta con la enorme importancia de los ídolos-espíritus protectores (de la familia, de la yurta, del rebaño) en la cosmovisión mongol, en este caso específicamente con la tradición de los khobushi onggon buriatos, las imágenes que pueden ser consultadas mediante una chamana y que aconsejan siempre lo más conveniente para una familia (Diószegi 1967).

Abagaldai es una máscara de rasgos masculinos hecha de cobre, estaño, latón o madera. Tiene «cuatro barbas» (dorvon sakhaltai) negras hechas de pelo de oso: el cabello, las dos cejas y la barba. Süxbat (2008) indica que la cara es típicamente roja y los ojos muy negros. En la boca tiene un trozo de sebo, porque es la comida preferida de este espíritu. A veces lleva adornos, borlas y colgantes.

La máscara Abagaldai portada por la chamana evenki Du’lar en 1997. Fotografía de Richard Noll (Noll y Shi 2007).

El nombre Abagaldai es mongol (mongol clásico abaghaldai, khalkha avgaldai, buriato avagaldai, daur abagaldai). El evenki (abagaldai) lo tomó del mongol, porque no se puede trazar una etimología tungúsica para este nombre. En mongol parece proceder de la forma abaga, «tío paterno», y de un sufijo –ldai, que no se encuentra consignado en los estudios morfológicos clásicos del mongol pero que se halla en algunos nombres de varones de la Historia secreta de los mongoles. El cometido de este sufijo derivativo sería formar nombres de persona. Humphrey y Onon (1996) sostienen que el nombre significa «con el poder del abaga«, con lo que aludiría a una figura muy importante en la estructura familiar patrilineal.

Por su parte, Swancutt (2012) se fija en que el nombre en la versión khalkha (avgaldai) significa también «larva, crisálida, oruga», e infiere de ello que el espíritu «se asocia con la metamorfosis y el proceso de maduración mediante el que se establece una familia».

A mi juicio la interpretación más plausible es la que ha propuesto Choi (1997). Abagaldai conectaría con una raíz altaica aba– «espectro, fantasma», presente en lenguas túrquicas como abachy (diccionario de al-Kashgari), en el yakuto abāhy «espíritu malvado, espíritu de los muertos», en el coreano ebi y en el mongol ab «magia, brujería». Starostin, Dybo y Mudrak, en su diccionario etimológico de las lenguas altaicas (2004), conectan el término con un prototúrquico *apaky que significaría simultáneamente «espectro», «ídolo» y «figura para contrarrestar el mal de ojo».

Los usos de Abagaldai como máscara son muy escasos y vinculados sobre todo a los chamanes negros (Balogh 2011). Entre los daures el chamán se la coloca sólo una vez cada tres años, en ocasión del ritual ominaan de consagración de nuevos chamanes (el equivalente del shanar buriato).

Máscara Abagaldai en un altar de Khentii, en Mongolia en 2005. Fotografía de Rebecca Empson (Delaplace y Empson 2007).

Según la tradición oral buriata, Abagaldai es el espíritu de un chamán muerto cuya cabeza mágicamente recobró la vida. Hay toda una epopeya de este personaje que acaba siendo un espíritu protector pese a que su historia personal es claramente conflictiva. En una de sus versiones más extendidas, era un chamán khamnigan muy poderoso, experto en la guerra, descendiente de dos reyes dragones. Estaba casado con la chamana Kheterkhen, hija de Guulin, un kan coreano. Tenían un único hijo llamado Bakhan o Altan Sharakhan («el amarillo dorado»). Abagaldai es descrito como un gran aficionado al alcohol y al tabaco. En cierta ocasión Kheterkhen partió hacia un campamento para realizar un ritual y le dejó en la yurta a cargo del hijo. Sin embargo cuando Abagaldai se dio cuenta de que le faltaba tabaco, dejó al niño durmiendo y se marchó a buscar más. Entonces el hijo se levantó repentinamente y salió al exterior. Un gran golpe de viento lo arrebató y lo lanzó a un río, donde murió ahogado (Rintchen 1961). Al regresar y ver lo sucedido, Kheterkhen le cortó la cabeza a su marido.

Otras versiones aportan motivos diferentes para la decapitación de Abagaldai y explican por qué la cabeza resucitó. Según el chamán khori Tukhuren relató a Zhamcarano en 1903 (citado en Rumjancev 1962), Abagaldai era hijo de un gran chamán llamado Gutaar Mergen, al que por sus hazañas llamaban tengri (dios). Gutaar Mergen vivía en la corte del kan Bubei Beile, que estaba casado con una de las hijas del kan coreano Guulin. Abagaldai estaba casado con otra de ellas, Kheterkhen, pero empezó a cortejar a la esposa de Bubei Beile. Cuando Kheterkhen se enteró de que su marido estaba interesado por su hermana, le convenció para trasladarse con quince familias más al Angara, un río que fluye del Baikal. Una vez en aquel lugar, Kheterkhen le cortó la cabeza y la lanzó al río. Pero los espíritus de las aguas se enfadaron por esto y enviaron enfermedades a las quince familias. Entonces estas familias, para conjurar la desgracia, recuperaron la cabeza y la consagraron en un ritual. La cabeza de Abagaldai volvió a la vida y lo primero que hizo fue ir a ver a su viuda para pedirle alcohol y tabaco. Kheterkhen le dio lo que solicitaba y envió a continuación la cabeza a los buriatos bargu para que los librara de los malos espíritus. Le prometió a la cabeza que no le faltaría bebida y tabaco mientras cumpliera con este cometido.

Abagaldai es al mismo tiempo que todas estas variantes de su historia «humana», la encarnación del espíritu del oso negro, por esto las «cuatro barbas» de la máscara proceden de ese animal.

La cabeza de Abagaldai, en su nuevo oficio ordenado por la chamana Kheterkhen, se dedica a instruir a otros chamanes, aconsejar convenientemente a las familias y velar por el bienestar de cada yurta, pese a esta historia personal que desde la ética de estos pueblos se caracterizaría de «antisocial» (Delaplace y Empson 2007): por abandonar a su hijo o por tener relaciones con la esposa del dirigente de su clan (Swancutt 2012). Esta profunda y llamativa dualidad convierte a Abagaldai en una personalidad singular, inquietante y poderosa, que se sigue manifestando en cada máscara que se fabrica a semejanza suya en la inmensa estepa o en los grandes bosques de la taiga.

Bibliografía

Balogh, M. 2007. «Shamanic traditions, rites and songs among the Mongolian Buriads: Meeting a shamaness and her assistant». Shaman 15: 87-116.

Balogh, M. 2011. Contemporary Buriad shamanism in Mongolia. PhD Dissertation. Budapest: Eötvös Loránd Tudományegyetem.

Choi, H.-W. 1997. «Notes on some Altaic shamanistic terms». Studia Uralo-Altaica 39: 57-63.

Delaplace, G., i Empson, R. 2007. «The little human and the daughter-in-law». Inner Asia 9 (2): 197-214.

Diószegi, V. 1967. «The origins of the Evenki ‘Shaman-Mask’ of Transbaikalia». Acta Orientalia Academiae Scientiarum Hungaricae 20: 171-201.

Humphrey, C., i Onon, U. 1996. Shamans and elders: Experience, knowledge, and power among the Daur Mongols. Oxford: Clarendon.

Kara, D. S., y Hoppál M. 2008. «A revitalized Daur shamanic ritual from Northeast China». Shaman 7 (1-2): 141-169.

Khangalov, M. N. 2004. Sobranie sochineniy. Ulan-Ude: Buryatskoe Knizhnoe Izdatel’stvo [1a. ed. 1958].

Noll, R., y Shi, K. 2007. «A Solon Ewenki shaman and her Abagaldai mask». Shaman 15 (1-2): 167-174.

Rintchen, B. 1961. Les matériaux pour l’étude du chamanisme mongol. II. Textes chamanistes bouriates. Wiesbaden: Otto Harrassowitz.

Rumjancev, G. N. 1962. Proishozhdenie khorinskikh buriat. Ulan-Ude: Buryatskoe Knizhnoe Izdatel’stvo.

Starostin, S. et al. 2003. An etymological dictionary of Altaic languages. Leiden: Brill.

Sükhbat, S. 2008. Buriad böö: Mönkh tengeriin elch. Ulan Bator: Sodpress.

Swancutt, K. 2008. «The undead genealogy: Omnipresence, spirit perspectives, and a case of Mongolian vampirism». The Journal of the Royal Anthropological Institute 14 (4): 843-864.

Swancutt, K. 2012. Fortune and the cursed: The sliding scale of time in Mongolian divination. Nueva York y Oxford: Berghahn.

Tserensodnom, D. 1989. Mongol ardiin domog ülger. Ulan Bator: Ulsiin Khewleliin Gatzar.

Tsoloo, J. 2007. Ariin arwan gurwan noyodiin duun. Ulan Bator: Bit.

4 comentarios en “Abagaldai, la máscara-espíritu

  1. Gracias Miguel! Impresionante máscara y buenísima información, qué exhaustividad!

    Muy interesante esta dualidad antisocial/protectora, en efecto. Ya se sabe que a los espíritus no se les puede encasillar 😉

    Un trago a tu salud en honor de Abagaldai!

    Me gusta

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.